En el frente noroccidental del Donbass, las fuerzas armadas ucranianas logran impedir el avance ruso. En el cual Base del batallón Karpatska SichEstablecido en 2014 y ahora afiliado al Ejército Nacional, RFI habló con el Sudamericanos que salieron a la defensa Ucrania.
“Vine a Ucrania a trabajar porque vi algunas cosas exageradas contra el pueblo ucraniano”, explica José Darío, un colombiano de 43 años que lleva un mes en Ucrania.
Al ver tantas muertes en las noticias, el ex militar, ahora en el campamento del batallón Karpatska Sich en el Frente Noroeste en el Donbass, dijo que pensó: “¿Qué tal un grano de area?”
“Ya amamos a Ucrania”
“Es desgarrador estar fuera sin nada que hacer. pero llegar aquí no es fácil. Tuve que vender todas mis cosas, pagar un viaje y cruzar casi cinco países para llegar aquí. Pero la motivación es grande. Llegas y la gente te quiere, te demuestra el cariño, el cariño de un extranjero, pero parece que a un extranjero le va muy bien aquí. Ya amamos a Ucrania como si fuera nuestro país”, cube Darío, también veterinario que quiere “ayudar a los animales”.
Según el colombiano, esta guerra no se parece a la situación que vivió en su país de origen.
“Eso una situación horriblecomparado con Colombia, donde ves un cuerpo a cuerpo, ves morteros, pero No ves tanta destrucción. como lo vemos aquí”, compara.

Las fuerzas rusas bombardean constantemente la región de Donbass. Foto: Serguéi Chuzavkov / AFP
Y añade: “Aquí hay veces que no podemos salir, hay veces que vamos y Las bombas caen junto a nosotros… mucha tecnología, la guerra está muy avanzada. Sientes mucha adrenalina, muchos nervios, no puedes decir que no tienes miedo porque si lo tienes Pero la motivación es más fuerte”.
José Darío cube que su familia piensa que sí está loco por meterse en una guerra que no es la suya. Pero sostiene que “la persona que piensa y cree en la humanidad piensa que la guerra es suya”.
Pelear junto a los ucranianos “es un poco difícil, pero gracias a Dios tenemos colegas que hablan español, y ellos supieron guiarnos, nos guiaron. Estuvieron con nosotros, nos defendieron con uñas y dientes porque Al principio no éramos muy aceptados.por el idioma, pero han trabajado mucho juntos y ya somos una gran hermandad”, especifica el colombiano, que piensa quedarse un año, si todavía está “vivo”.
“Vi lo que pasó”
Le cube “Perú” a uno de los sudamericanos. Tiene 30 años y lleva casi tres meses en Ucrania.
Incluso su familia, que se enteró de su verdadero destino después de su partida, piensa que está loco.

La ciudad de Severodonetsk, en el este de Ucrania, está bajo fuego. Foto: Aris Messinis/AFP
Pero “yo también estuve en el ejército, tengo experiencia. Lo que más está presente aquí son los cohetes que destruyen ciudades y como puedo operar equipo pesado, podría ayudar en lo que pueda, reconstruyendo, tirando escombros, todas esas cosas…”, cube.
Como su pareja, son las imágenes de civiles y niños muertos que decidieron irse.
“Vi las cosas que sucedieron, lo que Rusia le hizo a la gente. Vienen imágenes de niños muertos, sin armas, como si vinieran y no solo mataran soldados, sino que vieran a un niño y le dispararan. Y con todas estas cosas que ves, pensé que podría ayudar un poco. Gasté mucho para llegar aquí desde Perú, fue muy caro. Dejé muchas cosas y vine con lo que tenia“, Factura.
“Perú” explica que Al closing se acostumbran al sonido de los cohetes. y mortero: “Ya sabemos cuando el cohete cayó cerca o lejos, a veces tenemos que escondernos, los bombardeos empiezan a sonar muy cerca, y todos en el búnker“.
“Sé que no me decepcionarán”
Aunque ahora hay una veintena de hispanos que han podido integrarse, al principio fue más complicado porque la Legión los rechazó por cuestiones de idioma. Ayudarles a, algunos ucranianos actúan como traductores.
“Es difícil, fueron expulsados de la Legión. Todos son profesionales, son del ejército, todos son guerreros y saben qué hacer. Traté de acoger a la mayor cantidad de gente posible porque hay mucha gente que viene y quiere ayudar, por eso estamos aquí, nos dejaron a cargo de ellos. Mi hermano y yo tomamos las órdenes y los ayudamos en todo lo que podemos”, cube un ucraniano que Procede de la Patagonia Argentina.
“Aquí los saludamos con un fuerte abrazo y sé que no me defraudarán, como yo tampoco los defraudaré. Entonces trabajamos y gracias a Dios es un grupo muy lindo. Tenemos siete, ocho países y estamos todos bien unidos”, añade, aunque subraya que “lo que necesitamos es más traductores“.
Sébastien Nemeth y Jad El Khoury, enviados especiales de RFI, en Donbass
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